Los sufies son los musulmanes que buscan una experiencia pesona e íntema con Dios. No se conoce el origen del nombre pero puede derivarse de "surf" el vestido de lana que usaban los sufíes primitivos.
El safismo requiere un compromiso total con Dios, en confianza y obediencia absolutas, originó experiencias intensas y toda una serie de ténicas y actitudes que permitirían alcanzar tales experiencias.
Algunos sufíes, como al-Hallaj, hicieron tantos intentos para unir sus almas a la de Dios que se llegó a pensar que afirmaban que el alma y Dios eran idénticos, lo cual podría considerarse blasfemo. Algunos vieron en esto, un conflicto entre los sufíes y los musulmanes más relacionados con la vida mundana a través de la "sharia", la ley del Islam. Pero por cierto, éste no era un conflicto real, ya que los sufíes apoyaban la vida observante del Islam y la experiencia del amor entre el alma y Dios. Una de las figuras principales en reconciliar tales diferencias fue el intelectual de origen persa al-Ghzali (1058-1111) quien predicó que todos los musulmanes debían seguir el sahira e hizo hincapié en el monoteísmo del Islam, diferenciándolo claramente del monismo: el Islam creía en un único Dios, más no en que todas las cosas, incluídas Dios y el alma, estaban hechas de la misma substancia