Mahoma o Mohammed (570 -632 d.C. ) fue el profeta árabe fundador del Islam. Nació en La Meca y se presentó a sí mismo como el restaurador de la auténtica religión de Abraham. Se estima que muchos judíos siguieron inicialmente sus enseñanzas aunque más tarde se distanciaron, decepcionados por sus escasos conocimientos de las Escrituras.
Mahoma concibe una religión monoteísta en la que abundan elementos judaicos y cristianos. La importancia del mensaje de Mahoma fue comprendido rápidamente por ambas religiones que lo identificaron como un “competidor”. En efecto, se buscó considerarlo un simple caudillo de unos cuantos taifas. Pero Mahoma se convirtió en el fundador de un nuevo credo, el Islam y como tal, adquirió un rango equivalente al de Jesús o al de Buda. Para los creyentes, Mahoma es el más excelente de los hombres que haya vivido sobre la tierra y se le atribuyen 99 excelencias y será quien al final de los tiempos juzgará a los humanos.
Al igual que en el credo cristiano, Mahoma sube al cielo aunque lo hace junto a Gabriel. Como muchos protagonistas del Antiguo Testamento Mahoma se le atribuyen grandes proezas aunque no milagros. A diferencia de Jesús, Mahoma dejó mucho material escrito por sí mismo y no tuvo una muerte tortuosa sino a causa de la malaria, enfermedad que había padecido durante muchos años. Luego de su muerte, su seguidores hallaron que no era simple encontrar todas las respuestas en el Corán para ello utilizaron os dichos y hechos del Profeta (la Sunnah).
Para el Islam, Mahoma es el más grande y el último de los profetas, capaz de poder intercede a favor de los creyentes frente a Dios. Mahoma consiguió la unión de todos los árabes tomando La Meca como su centro, un vínculo de continuidad con la tradición árabe anterior, una nueva fe, la peregrinación, el concepto de comunidad de creyentes, la sunnah y ser considierado un enviado de Dios.